VUELO DE ÁGUILA
Adentro de la cueva descansaba, con su vista hacia fuera, observaba pasar el río ancho bajo la lluvia, a través de la maleza.
Ese momento de tranquilidad, lo invitaba a relajarse después de una mañana de actividad.
Sin darse cuenta lo rodeaban muchos peligros, los cocodrilos en el río, las serpientes en la selva, las tarántulas dentro de la cueva, animales salvajes, etc.
Se había quemado un motor del avión y tuvo que saltar en paracaídas, antes que el avión se estrellara.
Por eso se encontraba en esa región, sin saber dónde había caído él y su otro compañero.
Pensaba:
La vida me cambió, de un momento a otro.
¿Seré capaz de sobrevivir en este medio, o salir de esta selva?
¡ Tan seguro y despreocupado que me sentía en casa !
Ahora nadie ve por mí
¡Tendré que valerme por mí mismo!
Aquí no soy más que un bocadillo para las fieras o para otros animales.
¿ Por qué Dios permitió esto ?
El mecánico del taller, no revisó bien los motores y no les diò mantenimiento y ahora estoy aquí.
¿ Por qué permite Dios que el hombre se equivoque y cargue con las consecuencias ?
Si Dios me ama,
¿ Por qué permite que me pase esto y tal vez hasta ser devorado por las fieras ?
¿ En verdad creo que Dios me ama, después de todo lo que me ha pasado ?
Tarde o temprano, todos tenemos que morir algún día, nuestra vida es como un instante que ya pasó, comparado con la eternidad que vivirá nuestro espíritu.
Oí decir que la muerte es como cuando un pichón de águila, rompe el cascarón de la muerte para después vivir volando en las alturas espirituales, eternamente.
Si este pichón, no se formó correctamente en el huevo, no podrá volar bien, pero si su formación fue perfecta, su vuelo será perfecto.
¿Qué es formarse en el espíritu?
Sin duda debe ser a imagen y semejanza de Dios.
¿Cómo podré ver ese modelo de Dios para asemejarme a Él?
¿Cómo podré ver a un Dios invisible?
¿ Cómo se dejará ver ?
Pensando estas cosas llegó la noche.
En ese momento cayó un rayo, que iluminó todo el paisaje y la cueva, la tormenta llegó con más fuerza, después continuaba oyendo la lluvia caer.
En un instante RECORDÓ al HIJO ÚNICO DE DIOS, HECHO HOMBRE.
Se llenó de alegría, encontró el eslabón entre lo visible y lo invisible, entre lo terreno y lo eterno, entre los errores del hombre y la perfección de Dios, entre la muerte y la vida.
Encontró la luz hacia lo eterno desde la oscuridad de esa cueva, encontró el camino de trascendencia de su ser.
Pero también recordó, que el hombre mismo lo mató y luego resucitó.
¿ Por qué permitió que lo mataran ?
¿Acaso no se amaba a sí mismo?
Si Dios es Amor,
¿Cómo no se va a amar a sí mismo?
¡ Ah, ya recuerdo ! Fue por obediencia a Dios Padre y Dios Padre respeta la libertad del hombre.
Si respeta nuestra libertad, ahora comprendo, porqué permitió que yo cayera en esta selva, y que tal vez sea devorado por alguna bestia.
Pero si me ama
¿ Acaso no me podrá librar de esto, si yo se lo pido ?
¡ Pero Dios permitió que a su propio hijo lo mataran !
¿ Por qué a ÉL no lo libró de la muerte y a mi si me libraría ?
¡ Yo no soy más que su propio hijo !
¡ Ahora comprendo! Si no se rompe el cascarón, no podrá volar el pichón, como una verdadera águila.
Así como ÉL resucitó, nos resucitará para la vida eterna.
¿ Pero cómo va a forzar a ser suyo, lo que no quiere ser de ÉL?
Para que el ME FORME, dentro de este cascaron de vida terrenal, necesito querer ser ayudado y formado por ÉL, ya que ÉL todo lo sabe y lo puede, es decir, necesito poner MI FE en ÉL, si no, mi formación será defectuosa y no podré volar eternamente, con un vuelo perfecto.
¿ Por qué será defectuoso mi vuelo, si no lo sigo a ÉL ?
Porque Dios es perfecto y su hijo es imagen visible y perfecta de Dios y fuera de ÉL, no puede haber perfección espiritual, entonces
¿ CREO O NO CREO EN ÉL ?
Mis padres me bautizaron en esta Fe, hice las cosas por tradición, pero hoy que estoy solo y perdido, me pregunto a mí mismo
¿ CREO O NO CREO EN EL HIJO ÚNICO DE DIOS, LLAMADO JESÚS ?
¡ Estoy convencido por lo que he conocido, vivido y reflexionado, que no hay un mejor camino, que servirlo a ÉL !
Al amanecer, salió de la cueva, comenzaban a irse las nubes, un rayo de sol lo iluminó y con los brazos extendidos, mirando al cielo, exclamó:
¡ CREO EN TI !
Y conscientemente, aquí en mi soledad te digo:
¡ QUIERO SEGUIRTE ! ¡ TE AMO !
Eres mi luz, mi salvación, el camino a seguir, eres mi eterna felicidad, mi Dios, mi Paz, mi completa autorrealización.
Perdón por todo el tiempo desperdiciado.
Después de alabar a Dios, su temor latente se hizo realidad, una pantera lo mató, pero esa fiera fue el medio para romper el cascarón y que el espíritu volara con un vuelo eterno, como una VERDADERA ÁGUILA…
Dios por su misericordia derramó su amor en él, por haber puesto SU FE en JESÚS…
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