Libro Nuevo Horizonte

EL LIBRO QUE TE HARÁ PENSAR Y TAL VEZ ©

LA MISIÓN

Se retiró del mundo, se fue primero al desierto, buscaba el silencio.

Silencio en su mente, dejar atrás todos esos pensamientos de la vida cotidiana, de trabajo, relaciones humanas…

Sí, en el silencio quería descubrir a Dios.

Dios siempre ha estado con él, pero él no siempre ha estado con Dios y menos escuchándolo.

En ese desierto, comenzó por confundir su imaginación con lo que Dios le quería decir desde el corazón, así pasaron varios días, solo y en silencio.

Se le venían a la mente, voces de ciertas amistades  ¡ Estás loco  !

Ni que fueras alguien importante para que Dios se digne a hablarte como a un amigo, al contrario, todo lo que has hecho malo te ubica como su enemigo.

Pero él ya se había arrepentido de sus maldades y confiaba en la misericordia de Dios porque le había pedido perdón por medio de este sacramento que Dios mismo había instituido para regresar a ÉL.

Por esa parte, estaba tranquilo y se decía así mismo  :

Si Dios me perdonó, quiere decir que me ama, porque el que odia, no perdona y si lo llegara a hacer, quiere decir que ya empezó a amar.

También le llegaban otros pensamientos :  ¿ Qué buscas  ?

¿ Que esperas que te diga Dios ?

¿ Te crees otro Moisés ? pero con humildad solo decía :

Señor  ¡ aquí  estoy para hacer tu voluntad !

Después de unos días de purificación en el desierto, sus pensamientos se apaciguaban, ya no era esa guerra de objeciones y respuestas, su espíritu ya estaba más tranquilo y armonizado.

Se armonizaba para tener una resonancia verdadera con su creador, ya no con sus pensamientos recurrentes de un activismo y ruido social, ahora ya estaba en silencio profundo…

En el desierto, después de caminar mucho, llegó a una playa, se sentó en la arena y escuchó el romper de las olas, el canto de las gaviotas y el zumbar del viento, en paz, sin prisas, ni pendientes, se daba la tarea de contemplar…

Se acostó en la arena y comenzó a soñar :  En sus sueños vio una gran luz que se acercaba a él y cada vez se veía más grande, hasta quedar encandilado, al mismo tiempo, oyó una voz que salía de esa luz y como de todas partes, que le dijo  :

“ Te quiero Mucho “ ante estas palabras y en aquella paz que vivía, su corazón saltaba de gozo, de amor, de felicidad y le contestó : Yo también te quiero mucho, en seguida oyó la misma voz que le dijo “ Diles que se Formen “.

Después de aquel sueño, al despertar, su corazón explotaba de emoción, pues lo que buscaba lo encontró  ¡ Que Dios le hablara !

Regresó a su ciudad, pero ya con otra visión, de tener que cumplir con esa misión, decirles a todos que se formen.

¿ Que se formen en dónde ?

¿ Para qué ?

¡ Que SE FORMEN ESPIRITUALMENTE PARA LLEGAR A DIOS !

¿Cómo es formarse espiritualmente?

Es hacer la voluntad de Dios, voluntad manifestada en varias formas :

Por medio del cumplimiento de sus leyes, ya dadas a sus profetas.

Por medio de los sacramentos, ya establecidos en su iglesia.

Por medio de la conversión en hombre nuevo en el amor, por medio de las virtudes, hábitos y actitudes en el cumplimiento de sus deberes.

No era fácil este camino, muchos lo escuchaban y otros no, pero con amor, fe y constancia, iba cumpliendo su misión y moldeando en sí mismo, la luz que lo había encandilado.

De esa forma, la felicidad se le dio por añadidura, al hacer la voluntad de Dios…

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