
El viento movía la copa de los arboles, se movían al unisono, alabando a Dios y la naturaleza sentía su presencia, pero nadie lo veía.
Naturaleza que vibra ante su creador, formando una orquesta entre tantos instrumentos de vida, los arboles, las aves, los animales, las flores, los insectos…
Un rayo de sol, se reflejaba en la superficie del lago transparente.
Luz que trae vida en abundancia, esa luz que como un código para cada especie, le ayuda a descifrar por instinto sus tareas.
Cada uno, haciendo lo que tenia que hacer: las abejas, sus panales; las zorras, sus madrigueras; los pájaros, sus nidos; los arboles sus frutos…
Todos tenían lo necesario, para tejer entre todos, ese MANTO ARMONIOSO de vida y de belleza natural.
Un joven, frente al lago, respira la frescura de esa mañana,
Al vivir unicamente para el instinto humano, se sentía insatisfecho, incomodo y con un llamado a ser mejor, a subir de nivel.
El joven también tenia un código que descifrar y fue descubriendo que del instinto humano, tenia que dar un brinco al llamado espiritual y esto requería de un compromiso personal y constante, ya que a su especie se le dió libertad para dar ese brinco, entonces se pegunto:
¿ Porque me toco vivir esta especie humana, que requiere de un compromiso ?
¿ Porque me toco este código según mi especie ?
Cuando se canso de vivir bajo el instinto humano, se decidió a dar el cambio.
Fue entonces que sin advertirlo, esa fuerza espiritual, lo comenzó a ayudar a crecer en ese compromiso y constancia que se requería, pero no tardo en sentirse solo
¿ Yo ? ¿ A donde voy ? ¡ Hay muchos caminos !
¿ Quien me dirá por cual ir y como ir ?
¡ Esto parece una locura que no me esperaba !
Comenzó a vivir muchas cosas que lo ponían a pensar , sobre el principio y fin de la vida y fue cuando descubrió a Dios a través de la naturaleza y su vida interior.
Universos llenos de misterios y de vida.
La sabiduría que Dios le brindaba para que pudiera caminar hacia EL, decidió tomarla, vivirla y transmitirla.
Esto le trajo paz en el alma .
Comenzó a unir cabos sueltos y se daba cuenta que junto con la naturaleza, iba tejiendo ese MANTO ARMONIOSO, que le tocaba tejer, para gloria de DIOS y gozar de sus beneficios…
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