VERDADERA FELICIDAD

De la mano, como se lleva a un niño, eran llevadas su imaginación y sus sentimientos, estos volaban más alto que las nubes, atravesaban la luna e iban más allá de las estrellas, porque lo que pasaba por su mente y su corazón, era un regalo de Dios, una revelación de luz…

Al mismo tiempo, lo hacía vivir las alegrías y las tristezas, las desilusiones, el amor y el desprecio que a veces sufría.

Con una gran fe y esperanza, Trataba de agradar a Dios en todo lo que vivía.

Todo esto contribuía para que Dios lo fuera formando…

Sentía la caricia del viento, sentado en una alta y grande roca, divisaba el amanecer de un nuevo día, en el campo.

Su alma estaba tranquila y en paz.

El sol lentamente hacía su aparición, pintando de colores el cielo, reflejando en el pequeño lago sus matices, rodeado de llanos y cerros.

Los lirios flotaban en el agua, mostrando su belleza, todo en armonía, se hacía de un todo, la unidad de un paisaje natural.

Sentado y con una sonrisa, vivía el brillo de su alma.

¡ Qué felicidad !   

¿Qué podré hacer para corresponder tan grande regalo?

Abajo, iban pasando a pie unos excursionistas, al voltear hacia arriba, vieron a esta persona con cara feliz.

Estos jóvenes mientras caminaban, dialogaban las supuestas causas de aquella felicidad en ese rostro, pero como no conocían verdaderamente la causa, la referían a sus propias experiencias.

Si cada uno tiene su propio concepto de felicidad.

¿Cuál será la verdadera felicidad?

¡ No confundas alegría con felicidad !

¡ Pues hay quien llora de felicidad y hay quien ríe con dolor !

Si es así                

¿ Entonces cuál es la verdadera felicidad ?

Creí que ese viaje, esa amistad, ese estado de vida, el dinero y la fama, el lograr los propios objetivos, me iba a hacer feliz, pero me encuentro después de todo, con un hueco, que no se cómo llenar.

¿ Con qué lo llenaré ?

Todos mis gustos he tratado de satisfacer, satisfacciones que luego se acaban, pierden su importancia para mí mismo y hasta a veces me causan asco.

Parece que el mundo se mueve queriendo alcanzar una felicidad utópica, que al pensar que ya la han alcanzado, desaparece como el vapor del rocío de un amanecer, quedando al calor sofocante del día.

¿ Dónde está la felicidad ?

La busco ahí y me alegro con la ilusión de haberla encontrado, la vivo y se acaba, repito la acción y sucede lo mismo.

Si no la puedo retener y hacerla crecer.

¿ Acaso estoy buscando en pozos de agua seca ?

¿ Acaso fuimos hechos para vivir una utopía ?

¿ Qué es la felicidad ?

¿ Dónde la puedo encontrar como la deseo ?

Esos excursionistas seguían caminando por ese valle, sus pensamientos se tornaban oscuros, no hallaban respuesta a sus vidas encerradas en su ” yo ” al pensar en su felicidad, sus necesidades, objetivos, decisiones y gustos…

Al ir caminando, uno de ellos sufrió un calambre en una pierna y mientras los demás lo atendían, uno de ellos se quedó de observador y después continuaron el camino.

Esta experiencia, a este observador sólo le trajo amargura,

¿ Por qué tenía que pasar esto ?   

¡Se está echando a perder el paseo!

Por andar absorto en sus pensamientos, se quedó atrás y se perdió, se comenzó a angustiar y caminó sin rumbo.

Casualmente después de mucho caminar, fue a dar a aquel laguito, mirando de nuevo al joven que había visto sentado en la roca.

El joven de la roca había bajado al laguito, ahí se encontraron los dos y comenzaron a dialogar, contándole al joven de la roca cómo se había perdido y éste le mostró el camino de regreso y le preguntó:

¿ En qué estabas pensando cuando te perdiste ?

Y después de oír su respuesta, fue la oportunidad para compartirle

EL CAMINO A LA VERDADERA FELICIDAD.

El excursionista abrió su corazón y puso a trabajar su voluntad.

La riqueza espiritual que recibía, era como un vaso de agua en el desierto, como la salud para el enfermo, o como el amor para la soledad.

Desde aquella experiencia, comenzó a dar un giro a su forma de ser.

En vez de preguntarse:  

¿ Qué quiero ?   Hacía un esfuerzo por descubrir y vivir

¿ Qué quiere Dios de mí ?

En vez de decir 

¿ Qué necesito ?  Decía

¿ Qué necesita mi prójimo para servirlo ?

En vez de pensar  

¿ Qué me gusta ?   Decía

¿ En qué puedo agradar ?

Lo más fuerte fue cambiar la actitud de decir   

¡ Necesito amor !   a decir

¿ Cómo puedo dar amor, conforme a la voluntad de Dios ?

El cambiar el curso de sus actitudes, en un giro de 180 grados, fue difícil, pero con su constancia lo logró.

Esta nueva forma de vivir, dejó de ser una idea descabellada, pasando a ser una realidad.

Vivió la satisfacción personal, al ir creciendo constantemente en los planes de Dios… 

Sintió que fue un gran regalo permanente, que lo llevaba a su verdadero destino…

Sus amigos lo encontraron en la ciudad, después de unas semanas y se desconcertaron que hoy se veía feliz, en vez de verse triste como de costumbre.

La diferencia fue, que antes andaba acompañado, pero se sentía solo y hoy aunque estuviera a veces solo, vivía el camino hacia la felicidad…

 

 

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