
Había un niño, a quien le gustaba contemplar mucho la naturaleza.
Los domingos, en que sus padres lo llevaban a él y a sus hermanos al campo, a pasar el día, observaba todo cuanto le rodeaba.
Su papá, le explicaba cómo se organizaban las abejas entre ellas, escogían a su reina, como sacaban el néctar de las flores, formaban el panal y el hombre se alimentaba con la miel.
También observaba las flores, con la perfección que estaban hechas y veía la variedad tan inmensa de las mismas, diferentes formas, colores y olores.
Su papá también le explicaba las partes de las mismas.
Le gustaba oír cantar a los pájaros y observar el vuelo tan perfecto de las golondrinas y los colibríes.
Al terminar el día, observaba los atardeceres, a través de las montañas.
En el mar, contemplaba la belleza de los paisajes.
Sabía que debajo de la superficie del agua, se encontraban peces de todos colores y tamaños, así como paisajes submarinos y plantas poco conocidas.
Lo que más le llamaba la atención, es que eso existía, sin la intervención del hombre.
Fue entonces cuando preguntó:
¿ Quién hizo la naturaleza ?
El niño fue creciendo, y todo cuanto el hombre hacía, lo relacionaba con la naturaleza; así, las grúas las relacionaba con los elefantes; los helicópteros con las libélulas; los carros con los caballos; los tractores con los bueyes; la música con los pájaros; las computadoras con el cerebro humano; los olores con las flores; los edificios con los panales de abejas; las casas con las cuevas; los aviones con las aves, etc.
Este niño llegó a ser ingeniero.
Se daba cuenta, como el hombre, no había logrado con tanta perfección y sencillez, lo que una planta convertía, el bióxido de carbono en oxígeno.
Cómo, en aeronáutica, con dificultades, podría igualar el vuelo de un colibrí.
Observaba a sus amigos, que después de hacer un robot, no eran capaces de complementarlo con espíritu y libertad, para que en verdad fuera otro hombre.
Sólo eran capaces de darle movimiento.
Fue entonces cuando se preguntó: ¿ Qué es el hombre ?
El hombre utiliza la capacidad que se le dio de transformar, desde ideas o conceptos, hasta la materia.
Pero qué será más de admirar:
¿ La naturaleza, que le dio al hombre la capacidad de transformarla, o el hombre que transforma la naturaleza ?
La naturaleza está bajo el poder del hombre, porque éste la puede transformar, y a la vez el hombre, no puede transformar la naturaleza, sin que ésta le haya dado lo suficiente para hacerlo.
¿ Entonces quién depende de quién ?
Se dio cuenta, que atrás de la naturaleza mineral, vegetal y animal, existe una Sabia naturaleza espiritual, que ordena con perfección el Universo y que se refleja en el espíritu del hombre, invitándolo a ser co-creador del Universo, por medio de su vida, sus sentimientos, su inteligencia, su voluntad y dones espirituales, que ésta misma le ha dado.
Aceptaba, que para lograrlo, sólo era posible, como resultado de poner a trabajar su inteligencia y su voluntad, trabajando para construir con órden y perfección, lo que estaba llamado a realizar…
El pensar, que el Universo se hizo al azar, con tanta perfección, era una idea muy infantil, que ya había desechado.
Entonces, este ingeniero al comprender, que hay un Espíritu Puro y todo Poderoso, que hizo y ordena el Universo, pudo dar respuesta a sus preguntas anteriores, reconociendo que el hombre está invitado, a ser imagen del todo poderoso.
Vio su pequeñez como hombre y concluía con este comentario:
Cuando el hombre sea capaz de unirse al amor, por el que se hizo la naturaleza, entonces podría decirse, que ya ha comenzado a participar de lo más sublime de la sabia naturaleza espiritual, que ésta ya le había ofrecido, desde antes de darle la vida…
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