SINFONÍA ARMÓNICA

La blanca paloma se posó en un frondoso árbol, de donde podía divisar el horizonte.

Era impresionante lo que podía cubrir con su mirada, llanos, bosques, ríos, lagos, grandes montañas, el mar y el universo.

 Todo aquello ante su mirada dominante.

Con amor, no por la fuerza, invita y guía, como a una orquesta al tocar hermosas melodías en armonía.

 Es su luz, como llamas amorosas que lo consumen todo.

Dimensiones insondables que ningún ser puede imaginar, es una divinidad.

La paz, la armonía, el perdón, la gracia, el amor, la libertad, la felicidad, desde la eternidad son suyos, por mérito propio.

 Es como un gran rey representado en una sencilla paloma, SU AMOR lo ilumina todo, formando unidad, nada escapa de sus manos, nada sobra, todo tiene su razón de ser.

Los artistas humanos, que hacen bellas obras, las hacen con el DON PRESTADO en su ser.

 Sólo aquellas obras puras, son valiosas por su firma, por su razón de ser, porque al estar unidas a la esencia, ELLA LES AYUDA A PERFECCIONARLAS.

Las obras humanas que se separaron de su esencia, de esta luz, se consumirán en el fuego o se purificarán a través de ésta luz, porque su firma no es auténtica. 

Serán inválidas esas obras de vanidad, soberbia, evasión a la verdad, locura, etc.

 En el más allá, serán trasladadas todas las obras buenas, en SINFONÍA ARMÓNICA y perfecta, para GLORIA ETERNA DE DIOS.

 Los estilos y firmas que no lleven esta esencia, no entrarán en esta gloria, porque turbaron la melodía celestial, con sus propios ruidos.

 Para la paloma no hay prisa, hay tiempo eterno para purificar y separar, lo bueno de lo malo.

 La sabia paloma tiene su propia vida, su propio modo de pensar y de actuar, que supera infinitamente a cualquier criatura en el tiempo y en el espacio, ya que la vida está en Ella y fuera de Ella…

Sólo ella sabe lo que hace, nadie podrá hacerle juicio, porque sus obras son puras, auténticas, justas, llenas de misericordia y de Amor…

 La paloma voló más alto, formando una estela de estrellas, como caudal de las obras perfectas que la seguían, como centro de luz y eternidad…

 

 

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