NIVELES DE VIDA INTERIOR
Una gota, otra y otra, comenzaron a caer sobre la barca, en medio del mar.
Tres tripulantes en una lancha, presenciaban una tormenta lejos de la costa y únicamente traían remos.
El espíritu de aventura y la inexperiencia, los envolvía en una situación de susto.
La marea comenzó a subir, las olas se encresparon, el viento las levantaba más alto y no sabían que hacer, el agua subía en el interior de la lancha y sentían que se hundían.
Llegó una ola más alta y los volteó, la lancha por ser de madera no se hundía, agarrados de ésta, permanecieron juntos flotando.
Un tiburón declaró su presencia, al asomar su aleta sobre la superficie del agua, el susto se convirtió en pánico, gritaban al viento
¡ Auxilio ! ¡ Auxilio !
Nadie los escuchaba.
A punto estaban de ser devorados.
Un familiar de ellos, preocupado desde que se avecinaba la tormenta, imaginaba lo que les pudiera estar pasando y conociendo su espíritu de aventura, mandó un helicóptero al rescate, oportunamente llegó, salvando sus vidas.
Un día después en la mesa, a la hora de la cena, fueron cuestionados :
¿ Qué buscaban en esa aventura ?
Se miraron los tres sin saber que decir, más bien, lo que buscaban era la misma aventura.
¿ Qué misterio hay atrás de ésta búsqueda ?
Así como un niño no mide las consecuencias, así vivieron su aventura.
Los hizo madurar al vivir las consecuencias de una decisión, que casi les quitó la vida.
Uno de ellos siguió con este mismo impulso de aventurarse, sin medir las consecuencias, hasta que perdió la vida.
Otro se quedó psicológicamente atemorizado, buscando siempre la seguridad.
Al otro le dejó la experiencia de
” Pensar para hacer y no hacer para pensar…“
¿ Vale la pena, poner en riesgo la vida, por una aventura de éstas ?
¿ El beneficio que se adquiere, justifica los resultados ?
¡ Sólo en su escala de valores, saben si se justifica o no !
Lo único que saben es que viven consciente o inconscientemente, inquietudes que necesitan de una respuesta.
Necesidades a otro nivel, tal vez de ser libres, de ser ellos mismos, de probar sus propios límites o de ser tomados en cuenta y llegar a ser alguien.
Estas inquietudes, unos lograron darles respuesta a través del deporte, del estudio, del trabajo, de una buena amistad, de la oración, la reflexión u otro medio.
Cada uno vivió la satisfacción o el vacío de sus propias decisiones.
Los que cuidaban su propia vida, trataban de dar decisiones con inteligencia y prudencia.
Pocos llegaron al nivel más alto y satisfactorio, como aquellos que se aventuraron en amar, servir, conocer y agradar a DIOS, cada día más y mejor, en su AMOR y su GRACIA…
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