LUZ
Se rompió el techo y entro la luz, encandilados no podían ver claro a su rededor, poco a poco pudieron ir viendo.
No eran los ojos del cuerpo mortal, eran los ojos del espíritu y al caer el techo de la niebla que los cubría, pudieron ver claro su entorno y con esa luz, la voluntad de Dios, entonces reconocieron el desorden que habían provocado en el templo de su cuerpo.
Cada uno de ellos se avergonzó al reconocer que pensando encontrar la felicidad, habían cavado un pozo de insatisfacción Y de frustración.
Aunque salían carcajadas de su boca, el corazón reclamaba su esencia, formando un hueco que nada les llenaba.
Un hueco de soledad y de amargura, un hueco de pesadez y desmotivación que los hacia perder el sentido de la vida, pero alguien pidió por ellos ante Dios y Dios tuvo misericordia.
Hizo que ese techo de tiniebla se derrumbara y solo necesitaban VER, si, ver su pequeñez, su insignificancia, su error, su desorden y al ver la grandeza y el orden a lo que están invitados, dejaron lo que para ellos era lo mejor.
Hoy desprecian y se avergüenzan de su vida pasada.
Hoy los que se quedaron en tinieblas se burlan de estos y los calumnian y así siguen cavando su propio pozo de perdición.
Pero los convertidos ahora piden por sus perseguidores para que tengan la luz y puedan ver.
El camino de la luz es tan sublime que no se puede explicar, es tan grande que no se puede abarcar, es tan fuerte que disipa las tinieblas, es tan llena de Amor, que derrite la soberbia, la altanería y las malas obras.
Lista esta la luz para llenarlos de paz, de Amor, de sabiduría, de dones y gozo espiritual y de vida eterna.
Alzaron sus manos suplicando perdón y dieron gracias porque esa luz los llena de eterna felicidad, en la medida que se dejan llevar, HACIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS…
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