Libro Nuevo Horizonte

EL LIBRO QUE TE HARÁ PENSAR Y TAL VEZ ©

LOS PREDILECTOS

Una gota de lluvia cae, una y otra y millones más, empapan la tierra, después, unas se hunden en la tierra y otras se evaporan al salir el sol.

Nadie puede contar las gotas, son millones y trillones, sin embargo, cada una cumple con su misión de ser …

Así formaron charcos, ríos, lagunas y el mar, al evaporarse formaron las nubes, después cayeron como copos de nieve o como agua líquida.

Si cada gota no se mantuviera en su llamado a ser…   no harían comunidad para quitarle la sed al sediento, ni purificar las cosas y los alimentos, no darían vida a las plantas, los animales y las personas.

Era necesaria la suma inmensa de todas y cada una de las gotas de agua.

Una sola gota contaminada, echó a perder la salud de un bebé, secó una planta y dejó de usarse la prenda de vestir preferida, hasta ser nuevamente lavada.

Una gota de agua contaminada cayó en el ojo de una persona y casi pierde la vista.

Así como cada gota es importante en la naturaleza y en lo individual para hacer comunidad, así los hijos de Dios, cada uno es de suma importancia.

¿ Cómo nos purificaremos para ser dignos de Dios ?

ÉL mismo nos tiende la mano para ser purificados

¿ Cómo ?

Con su ejemplo y su perdón, para luego vivir la dicha de ser hijos dignos de Dios y gozar de su presencia.

Dios como rey y señor del cielo y de la tierra, se sentó a la mesa rodeado de sus hijos e hijas, a los cuales les dio el poder de gobernar el universo entero, porque vivieron en la pureza de los dones que les fueron dados y todos cantaban a la vez  :

¡¡ Gloria a nuestro Dios, que reina sobre todo lo que ÉL creó y nos ha hecho partícipes, porque ÉL mismo nos purificó a través de la sangre de su enviado !!

Pero  ¡ Hay de aquellos y aquellas que se resistieron en creer en ÉL y siguieron en su inmundicia !

Así no ven la dicha y felicidad eterna.

El rey preparó un banquete para sus predilectos y nada les faltó, llenos de alegría y felicidad, cantaban, bailaban y daban gritos de gozo.

Alababan a Dios, porque los hizo y las hizo, partícipes de su ser y de su gloria…

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