LA ESCALERA

Quería estar solo, quería algo nuevo, vaciar la mente de las actividades de todos los días.

Buscaba limpiar su corazón, una renovación interior, llenarse de vida, de paz y tranquilidad, renovar sus fuerzas.

Así como el sueño ayuda al cuerpo a restablecerse, así su alma se restablecía en el silencio, en el espacio interior, que solo Dios puede llenar.

Sin palabras, solo con la actitud de abandono, dentro de una cueva muy grande que él ya conocía, libre de animales, sentía que entraba en ese recinto sagrado de su corazón, el cual fue creado por Amor y para el Amor.

Pocas veces en su vida se había dado esa oportunidad.

Dentro de la cueva, sentado en una roca y recargado en la pared contemplaba la entrada de la cueva, sentía el aire fresco y se comenzó a relajar.

Los pendientes de la vida diaria, sus actividades, sus amistades, sus pocas pertenencias, todo quedaba fuera de esa cueva, era un desligarse de todo para renovarse de nuevo.

Al estar sentado comenzó a sentir gotas de agua sobre su cabeza, volteó hacia arriba y las gotas de agua limpia, le cayeron en la frente y junto con esas gotas sentía que todos sus pensamientos se limpiaban para tener una mente limpia.

¡Hooo ! Que sensación tan agradable, era como tomar agua en el desierto, como el descanso después de una larga caminata, como saciar el hambre de todo un día.

¿ Por qué pasaba esto ? 

¿Se había enojado con su familia o con algún amigo u otra persona ?

¿ Sufría de alguna frustración ?

¡ NO !  Para entrar al sagrario de su corazón, no tenían que ser estos motivos.

Su motivo principal hasta él mismo lo desconocía, era un llamado sobrenatural, un llamado sutil para encontrarse en su interior con su esencia y esta vez le hacía caso a ese llamado sutil.

De pronto sintió que entraba en su corazón una presencia divina, que lo llenaba de un sentimiento de Amor y la verdad intentaba dialogar con él, en el silencio de la cueva.

Al sentir esta presencia como buena y no mala, porque él quería comunicarse con Dios, abría sus sentimientos y su corazón, dialogando desde lo más íntimo, con la verdad, en su esencia.

A partir de aquel día, comenzó a ir más seguido a ese lugar, porque una vez no bastaba para alimentarse del misterio de la vida que trae paz, armonía y frescura a su ser espiritual.

Siempre tenía la convicción que su cuerpo físico, debe estar al servicio de su espíritu y el espíritu al servicio de Dios.

¡ Esa es LA ESCALERA que le ayudaba a encontrar la vida y la verdad ¡

No podía subir la escalera cuando su espíritu lo ponía al servicio de sus placeres físicos, solo encontraba insatisfacción espiritual, vacío, soledad, amargura y autodestrucción, en cambio, cuando su cuerpo lo ponía al servicio de su espíritu y el espíritu al servicio de Dios, subía la escalera y encontraba la plena autorrealización, la alegría, armonía, paz y gracia de Dios.

Por eso cada que salía de la cueva renovado, podía vencer las tentaciones que el mundo le ofrecía, porque llevaba dentro, una luz infinitamente más potente que iluminaba al mundo que lo rodeaba.

Sus familiares y su prójimo lo admiraban porque no era como los demás, les ofrecía el bien y no el mal, les ofrecía elevarse a una vida más espiritual…

 

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