ILUSIONES DE UNA NOVIA
Acostada y sola en su cama, antes de dormir, vivía un fuerte sentimiento de amor por su novio.
Con la flor en sus manos y una cartita que acababa de leer, su pensamiento giraba alrededor de él, de ella y del futuro de ambos.
Un gran regalo de Dios fue haber encontrado a ese joven, con el cual podía compartir sus alegrías y sus tristezas, sus ilusiones y sus recuerdos, su modo de pensar, de sentir, de ser, sus creencias y convicciones.
La comunicación fluía como un manantial limpio y sincero, siempre buscando la verdad.
Del corazón de ambos salía el respeto, el cariño y la comprensión, eran aspectos muy importantes que sin pensarlo los vivían.
Su noviazgo lo pusieron en manos de Dios y por eso podían vivir con prudencia, la virtud de la castidad y virginidad, absteniéndose de relaciones genitales antes del matrimonio.
Las virtudes, iban acumulando en la presa del amor, un caudal que correría toda la vida.
Este caudal de vida llenaría de amor a sus hijos, para que ellos a su vez, supieran ser proveedores de vida, alegría, paz, amor y armonía, en un ambiente de pureza, donde reinara el amor y la Gracia de Dios.
Dios siempre sería su guía y apoyo espiritual para brincar cualquier obstáculo, que se atravesara en el camino.
Al verse identificada con su novio, respetada y apoyada en lo que tenía que hacer para lograr este ideal tan sublime, tomaron juntos la decisión de casarse.
La felicidad y la emoción, brillaban en sus rostros, saliendo de los labios de ella un canto de amor.
Con su vestido blanco caminaba hacia el altar, acompañada de sus familiares y amistades para compartir la dicha de un
¡¡ SI !! para toda la vida, avalado por el único Dios que todo lo puede y los ayuda a ser plenamente Felices…
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