Libro Nuevo Horizonte

EL LIBRO QUE TE HARÁ PENSAR Y TAL VEZ ©

CORAZÓN RENOVADO

Quería vivir algo nuevo, dentro de la cueva que se encontraba, veía un rayo de luz que entraba por el techo, como invitándolo a hacer realidad su esperanza.

La esperanza de realizar algo grande, importante, trascendente, algo que lo motivara, a tal grado que no le importara cansarse, trabajar duro y hasta dar la vida.

Recordaba que había estudiado una carrera por obligación.

Se daba cuenta que todo iba encausado a hacer dinero o sobresalir en las competencias de este mundo,  Para ver quién sabe más, quién tiene más, quién se la pasa mejor con el menor esfuerzo, quién hace más, quién es más popular, llamar más la atención y tener más poder.

Todo eso es cansado y se hace pesado, cuando se lleva un hueco en el corazón y nada lo llena.

La fama y el poder, a través de los años se acaba, los amigos cuando mueren se van y no regresan, los buenos ratos quedan en la memoria, pero no son eternos.

¿ Entonces que queda en nuestro interior ?

¡ Un hueco que solo Dios puede llenar !

Sí, solo en ÉL encuentro lo que el mundo no me puede dar :

Paz, sentido de la vida, Felicidad perdurable, armonía y libertad espiritual, pureza, su gracia,

Ser dueño de mí mismo, todo el amor incondicional y perfecto que ÉL me da y la promesa de una vida eterna.

¿ y cómo lograr todo eso ?

¡ Solo con Fe !

Pero si a Dios no lo veo y no lo conozco bien

¿ Cómo poner mi fe en ÉL  y no solo en lo que me imagino de ÉL ?

Dios nos ama tanto que se hizo visible en la persona de Jesucristo, ÉL nos dio a conocer el camino, la verdad y la vida plena que nos espera.

Con su propia vida nos dijo como vivir y morir para compartir la Gloria de Dios.

Jesucristo es el modelo de la perfección humana y divina, y al ser como ÉL, ya no hay hueco que quede por llenar, porque ÉL es todo en todos, cuando es aceptado.

¡ Ho, Tendré que conocerlo más y mejor !

Entonces salió de la cueva con una gran esperanza, de hacer vida el modelo perfecto de lo humano y lo divino.

Tuvo que trabajar mucho en sí mismo en cuanto a la humildad, puso a ejercitar su fe en Jesucristo con una gran esperanza y teniendo caridad con su prójimo.

En la medida que recorría este camino de vida, se iba disipando ese hueco en el corazón, hasta desaparecer y haciéndose realidad en él, hasta el grado de decir

“ Ya no soy yo quien vive, sino Jesucristo que vive en mi “ …

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