COMO UN BEBÉ

     Miré al cielo despejado y sentí paz, como si todos mis pensamientos y sentimientos quedaran atrás, despejado de todos ellos, daba lugar a una nueva visita del espíritu de Dios.

La fe abrió la ventana a esa renovada experiencia, pues ya había vivido varias veces ésta aventura.

¿ Aventura ?   Sí, no sabía con qué novedad me encontraría, no sabía si Dios me pidiera algo que hiciera, renovara …  o simplemente dejar acariciar mi espíritu por Él, como una madre acaricia con amor y ternura a su bebé.

Mi mente en blanco contemplaba sin juicios, ni precipitaciones, como la veleta movida por el viento, sin saber para donde se dirige éste y me lleve a donde el quiera.

Siento la caricia de este viento que me trae paz, amor, ternura, libertad, alegría y me llena de vigor para estar dispuesto a hacer su voluntad.

Esto a los ojos del mundo era perder el tiempo.

El mundo esperaba que yo fuera productivo en quehaceres, en ideas, en acción, pero mi corazón latía en otro nivel, que el mundo no comprendía, una relación de amor entre mi creador y yo.

 ¿ Qué puede hacer de productivo un bebé en el mundo ?

Como bebé le toca ser receptivo, atendido y amado, esa es su situación adquirida.

Así me sentía yo, al mirar al cielo.

En cuanto más buscaba yo esta experiencia, veía que de ser bebé, pasaba a ser niño y así mis tareas fueron cambiando, al crecer espiritualmente, según Dios disponía de mí.

Observé que la edad del cuerpo físico, no correspondía precisamente a la madurez espiritual, pues vi cómo adultos se comportaban como niños rebeldes y también niños dóciles se comportaban con madurez espiritual.

¿ Entonces de que depende esa madurez ?  

De varias cosas : La fe, la formación y el compromiso propio.

Entonces comprendí que muchos no tenían esa formación y otros sentían la necesidad de crecer espiritualmente y andaban en búsqueda.

También observé que a todos se les dio la fe, a unos de forma natural y a otros ritualmente, unos la hacían crecer y otros la dejaban morir por falta de compromiso, fue cuando me pregunté :

¿ En que lugar me encuentro ?    

¿ A dónde quiero llegar espiritualmente ?

 

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