REGALO DEL CIELO
Mojaba sus pies en el río de agua transparente, jugando a chapotear.
Frente a ese niño, del otro lado del río, llegó una niña con su hermanita y al sentarse en una piedra, comenzaron a hacer lo mismo que este niño.
Se miraron y sonrieron.
Luego las niñas tomaron piedritas y las aventaban salpicando al niño y éste riéndose, les contestaba de la misma manera, iniciaron una amistad espontánea, divertida.
Unos días perseguían ranas, otro día cortaban flores o jugaban con la tierra, trepaban árboles, jugaban a hacer casitas con ramas, etc.
Llegó el día que ya no se pudieron volver a ver por destinos familiares.
Cada uno se llevó esos bellos momentos muy valiosos, para sentirse acompañado(as) en momentos de soledad.
Momentos de sello vivencial, que refrescan el desierto de momentos áridos.
Manantial de vida en los recuerdos que traen felicidad.
Felicidad pura sin remordimientos de conciencia, sin mancha alguna.
Al voltear a estos recuerdos, reconocieron que fue un regalo del cielo, UN REGALO DE DIOS, porque fueron momentos de paz, alegría, convivencia y Amor…
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