INTIMIDAD ESPIRITUAL

En la isla, la arena blanca, los montes verdes, los ríos transparentes, los peces de colores, el cielo azul.

Sobre todo, le llama la atención la arena blanca.

En él una luz se refleja con misterio trascendental, como invitándolo a la contemplación, mira la arena y deja volar su pensamiento por el espíritu, nada parece pasar por su mente, su mente en blanco, sólo contempla, contempla y contempla…

Parece estar dormido pero despierto, lo único que va sintiendo, es que se sumerge espiritualmente en un mar de paz, de gozo, de armonía, de tranquilidad, de alegría.

 Nace un sentimiento amoroso a todo lo que lo rodea, el tiempo no le corre, todo es para él, él no es para las cosas.

 Se deja empapar en el espíritu, en la contemplación por la luz y es un gozo tan perfecto que nada le hace falta, este momento es un momento de intimidad, un momento de amor.

 Después él comentaba:

 Hay tiempo para cada cosa, pero cuando llegué a vivir este momento, mi corazón se llenó hasta quedar invadido de un sentimiento de amor.

 ¿ Sería un éxtasis ?

Sólo sé decir que esto no hubiera sido posible, si antes no hubiera estado moralmente tranquilo con mi conciencia…”

 

 

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